¿Deseas que te amen?
No pierdas, pues,
el rumbo de tu corazón.
Sólo aquello que eres has de ser
y aquello que no eres, no.
Así, en el mundo, tu modo sutil,
tu gracia, tu bellísimo ser,
serán objeto de elogio sin fin
y el amor... un sencillo deber.
Nunca está de más revisar la poesía de Edgar Allan Poe.
Pd: Ilustra esta poesía Vincent Van Gogh