Winnie se fue el siguiente verano a estudiar historia del arte en parís,
nunca olvidamos nuestra promesa. Nos escribimos una vez a la semana
durante ocho años. Fui a buscarla al aeropuerto a recibirla cuando
regreso a casa con mi esposa y mi primer
hijo de ocho meses... como dije las cosas nunca son como las planeas.
Crecer sucede en un latido. Un día estás en pañales, y al siguiente ya
no estás aquí. Pero los recuerdos de la niñez permanecen contigo todo el
camino. Recuerdo un lugar, un suburbio, una casa como muchas casas, un
patio como muchos otros patios y una calle como muchas otras calles.
Pero lo curioso es que después de todos estos años, aún lo recuerdo….
maravillado.
Texto final de los años maravillosos...